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Sí, el nombre no es que sea muy original, pero es que no hay muchas opciones que encajen bien cuando se trata de darle una nueva vida a algo que terminó la anterior entre chispazos y humo.
Entrando en detalles, llevaba ya tiempo queriendo hacerme con algún equipo antiguo en el que montar un servidor casero, pero hasta ahora no había tenido demasiada suerte con ello. Sin embargo, hace unas semanas fui a visitar a un buen amigo, al que unos días antes su ordenador le había hecho “fumata blanca”.
Como el equipo ya tenía algo de tiempo, mi amigo decidió comprar un equipo nuevo, así que, salvo por el disco duro (que mi amigo “transplantó” al nuevo equipo) y la tarjeta gráfica (“requisada” por un familiar), el resto del equipo dormitaba en un rincón, esperando que se decidiera su destino. Destino que ha resultado ser el pasar a mis manos.